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En la mesa de un restaurante se celebra, se platica, se cierran acuerdos, se convive por gusto y sobre todo, se vive una experiencia de sabores. Cuando hablamos de un restaurante de autor, además interviene el arte, convirtiendo los platillos en obras por disfrutar que provocan recuerdos que van más allá de un simple momento.
Restaurante Alcalde y su cocina franca es el proyecto más reciente de Eléctrica Variedades, en la que el equipo se puso delantal e inspiración para crear una propuesta digna de uno de los The World’s 50 Best Restaurants.
La petición del chef Paco Ruano y sus socios fue clara: “Queremos un escenario muy oscuro, en tono dramático y que un haz de luz apenas toque la comida”. Sobre esa consigna trabajamos lo que denominamos internamente como ‘Teatro de sabores’, utilizando la luz como una pieza fundamental del escenario que, más allá de quitarle protagonismo a los platillos, enfocara su presentación y performance gastronómico.
Para ocasionar una atmósfera excepcional, nos sumergimos en la filosofía de Ilumileds, quienes ven la luz como una expresión artística y un elemento de diseño en los espacios. Así, la línea Europea, disponible sólo en Eléctrica Variedades, se convirtió en el ingrediente secreto para lograr ambientes impresionantes alrededor de cada platillo, y permitir, además, la continuidad de operación del restaurante en el reemplazo de la iluminación.
En el equipo de proyectos, como auténticos chefs, preparamos sugerencias a la altura del Alcalde, entendiendo la importancia de la iluminación teatral para crear atmósferas cautivadoras. Estudiamos cada detalle, analizamos el movimiento de los actores en este teatro culinario: la cocina, los platillos, los meseros y los comensales, buscando el equilibrio perfecto entre drama y delicadeza, entre la observación y la intervención del comensal, que además de espectador se convierte en una parte más de la escena.
Cada mesa servida se convirtió en una obra de arte que complementa la experiencia de los sentidos en cada visita, con la luz a fuego lento realzando cada plato, con la oscuridad precisa para contrastar y producir un espectáculo que trasciende lo meramente gastronómico.
Tercera llamada, tercera llamada… que disfrutes la función.
